Stranger’s Handbook – 18 (Novela Español)

Capítulo 18 – Para no Volver a Hacer un Bento Otra Vez.

 

“…Fue una dura e implacable batalla, ¿no, Zest?”
“Sí, Maestro. Pensé que mi mente iba a romperse. También mis dientes…”

Junto con mi maestro, estábamos siendo sacudidos dentro del carruaje mientras comíamos algunos dulces que nos ofrecieron las sirvientas.
Realmente salimos con vida.

En ese momento, de alguna manera pudimos contra esa escalofriante arma en forma de postre, y como estábamos muy cansados como para continuar el entrenamiento, ahora estamos volviendo a casa mientras disfrutamos la compañía del otro.
A primera vista, el plan era continuar entrenando hasta la noche, pero se lo confiamos todo a Albert, quien salió huyendo cuando apareció la joven dama, así que no debe haber ningún problema.

“Sin embargo, ese maldito de Albert… Es lo que esperas de un hombre bestia. Huyó antes de que pudiera darme cuenta.”
“Sí, Maestro. Pero aun así, si él hubiera estado allí, hubiera sido engullido por todos nuestros ataques mágicos, realmente no sé quién hubiera terminado peor al final.”

¡Eso es! Albert se dio cuenta que la joven dama estaba a punto de mostrar un terrible arma, así que corrió lejos antes de que nos diéramos cuenta.

“No hay más remedio. Él también es uno de mis discípulos, y los chicos malos que no ayudan a su maestro, definitivamente serán castigados.”

Intercambiamos miradas y sonreímos ampliamente.

Ambos estiramos nuestros cuerpos en las sillas dentro del carruaje… El daño que recibimos fue enorme.

 

“Pero, Maestro. ¿Por qué no la detuviste?”
“…Lo siento.”

“Si empieza a hacer eso todos los días, nuestras vidas estarían en peligro, ¿sabes?”
“Sí, me di cuenta.”

Él apretó los dientes y me miró intensamente a los ojos.

“Zest. Tengo una tarea para ti, y tú eres el único capaz de realizarla.”

…¡No quiero saber nada de eso!

“Quiero que le expliques las cosas a Bea y haz que se detenga. Como está la situación ahora, nuestras vidas están en riesgo, pero más importante, los sirvientes en mi casa probablemente morirán pronto si nadie hace algo.”

“¿Qué? ¿Los… sirvientes?”

Mi maestro lentamente levantó su cuerpo y continuó con una expresión seria en su rostro.

“Aquellos que son afectados por su poder mágico y colapsan, a causa de su ‘cocina’. Aquellos a los que son forzados a probar su ‘arma’ cuando cocina demasiado… ¡La mitad de ellos ya han colapsado!”
“¡Oh…Dios mío!”

“Ya tengo la aprobación de mi padre adoptivo, el conde de la frontera. ¡Me gustaría que vengas en este momento a mi casa y hagas todo en tu poder para detener la creación de sus armas!”

Incluso el viejo conde de la frontera apoya la situación.
Más importante, esto parece más una orden que una petición.

“…Maestro. Arriesgaré mi vida, ¡prometo que realizaré esto!”

 

Aunque contesté con tanta confianza, aún estaba tirado en la silla…

Recibimos una gran bienvenida cuando llegamos a la casa del conde de la frontera.

“¡Héroe de la luz!” “Te rogamos… Te rogamos…” “Nuestro salvador…”

Los pobres sirvientes, estaban realmente desesperados… Pero entiendo absolutamente sus sentimientos.

“¡Ustedes descansen y déjenmelo a mí!”

Le dije eso a los sirvientes que estaban inclinados ante mí mientras derramaban incontable lágrimas, y entré a la mansión.

 

“¡Vaya, vaya! Nos despedimos hace unos momentos, ¿qué clase de negocios te hicieron recorrer el largo camino hasta aquí?”
‘¿Has venido a verme tan pronto? Zest-sama, no creí que me extrañarías así de rápido.’

La bruja maldita… no, la joven dama mostró una verdadera sonrisa del conde de la frontera que haría llorar a los corazones más débiles.

“Muchas gracias, joven dama Beatrice, por su almuerzo de hoy. Ya que te has tomado la molestia de hacer ‘eso’ solo para mí, siempre honraré este recuerdo.”
“Bea, Zest dijo que tenía algo que decirte. Él quiere hablar contigo de todas maneras, por eso lo traje a casa conmigo. Ven, prepararé un cuarto para ti.”

“Sé que es egoísta de mi parte, pero por favor escúcheme, joven dama Beatrice.”

La joven dama llegó a mi lado en un parpadeo y unió su mano con la mía en un vínculo de los amantes.
Sin embargo, tenía una expresión desagradable como siempre.

“No hay remedio. Vamos, padre.”
‘¡Realmente vino a verme! ¡Ah!’

Mi maestro asombrosamente nos dirigió a la habitación antes mencionada.
¿Estará bien esto…? Un escalofrío recorrió mi espalda.

Pronto llegamos a la sala de recepción y luego de que las sirvientas preparasen un té para nosotros, ellas se fueron, dejando a solo tres de nosotros aquí.

No podemos estar solo nosotros dos.
No es bueno para una mujer sin casar que esté sola con un hombre, y más aún cuando el hombre con quien se comprometió solo puede verla y estar a solas con ella durante el mediodía.
Es realmente molesto, pero como es una tradición de los nobles, no puedo hacer nada al respecto.

Tomé un poco de té y miré a la joven dama.
Ella tenía un siniestro vestido rojo y negro… una perfecta elección para una bruja… ¿guantes? Lo está usando otra vez…

 

“Joven dama, Beatrice. Disculpe mi rudeza, ¿pero qué le sucedió a tus delicadas manos?”

Las mejillas de la bruja se tornaron de un color rosa.

“…¿De qué está hablando?”
‘¡No puede ser! ¿Se dio cuenta que me lastimé la mano?… Me pregunto si piensa que soy una mujer irritante, me lastime a mí misma preparando un bento…’

Ella entrecerró sus ojos y me miró, pero sus pensamientos ya fueron expuestos hacia mí.

“Curaré su mano. Soy mejor en magia sanadora que mi maestro. Por favor déjemelo a mí.”

Me puse de rodillas frente a la bruja… no, frente a la joven dama, y use magia sanadora para curar su lastimada mano.
Como pensé, ella se lastimó.
Me pregunto si mi maestro no podía curarla… Los efectos de la magia oscura fueron tan fuertes para que la herida se convierta en una maldición.

Mientras sostenía su mano, la joven dama estaba observándome como si fuera el peor enemigo de esta familia, pero empecé a hablar lo más amable posible.

“Joven dama Beatrice. No, Bea. ¡Suponía que era extraño! Estabas llevando guantes aunque no era un evento tan importante, como una fiesta o parecido. Cuando estabas afuera, me di cuenta que era una medida para protegerte del sol, pero usarlos adentro ya es un poco desconcertante.”

‘Bea… es la primera vez que alguien que no es de mi familia me llama así… Él me llamó Bea…’

La joven dama estaba frenéticamente moviendo su abanico con su mano libre.

“¿Bea? Estoy muy feliz de que hayas hecho un bento para mí. Aun así, lastimarte a causa de eso, ¡es algo que no puedo soportar!”

Hasta ahora estamos bien. ¡Todo lo que queda es convencerla que deje de crear sus armas!

“Por lo tanto, está bien si no haces más bentos. No, de hecho, ¡por favor ya no hagas más bentos para mí! Si quieres que esté aliviado… Si te preocupas por mí, te lo ruego. ¡No puedo… soportar esto!”

Cuando me di cuenta, estaba llorando… Mi maestro también estaba llorando.
Lágrimas del corazón.

“Lo entiendo. Pero los hombres no deben mostrar sus lágrimas a los demás tan fácilmente.”
‘Zest-sama… Estabas tan preocupado por mí que empezaste a llorar… ¡No puedo hacer que te preocupes más que esto!’

La joven dama estaba mirándome como si fuera una cucaracha y limpió mis lágrimas con su pañuelo, una escena que mi maestro decidió ignorar.
Maestro, no hagas esa expresión… Este momento es muy importante.

Ella huele tan bien… Estaba de rodillas en frente de ella, y la joven dama se acercó a mí y comenzó a limpiar mis lágrimas con toda honestidad.
Su pecho con el vestido se movía intermitentemente.
¡Qué maravillosa gratificación! Mi corazón se partiría si no fuera por este nivel de recompensa.

La joven dama inesperadamente tenía un gran busto… ¿Será copa D? Sí, definitivamente es copa D.

 

 

“Ahora mismo, Zest-sama estas muy preocupado. ¡Ya sé! Si comenzamos a tener un diario de intercambio, ¡ya no habrá nada de qué preocuparse!”

‘¡No puedo hacer que se preocupe más! Si tenemos un diario de intercambio, ¡Zest-sama podrá relajarse tranquilamente!’

 

 

Parece que la D de copa D, se convirtió en la D de ‘death’.

Joven dama, su amabilidad es muy dolorosa… Podría morir esta vez.

 

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